Una revolución se fragua bajo nuestros neumáticos. Ese cambio en el ‘mundo asfático’ comenzará con la llegada de nuevos materiales y desembocará en carreteras inteligentes. No sabemos aún cuando sucederá, pero sí se visulumbran dos grandes metas tras la mayoría de las investigaciones: vías más sostenibles y mejorar la seguridad de las personas.
¿Qué es el asfalto? Los firmes son una mezcla de hidrocarburos y minerales o áridos. El ‘ingrediente’ principal es el betún -o bitumen-, un subproducto del petróleo que se emplea en las carreteras por cualidades como la alta resistencia a la carga, adherencia o impermeabilidad. Así, cada año se producen más de 11.000 millones de toneladas de betún en Europa, dedicándose más del 90% de esa producción a la construcción de carreteras.
Menos betún
Aunque no todos los asfaltos son iguales, el elemento común siempre es un producto no renovable. Por eso, el principal objetivo de muchas líneas de investigación es reducir la cantidad de betún de las mezclas asfálticas, sustituyéndolo por materiales que, con las mismas cualidades, sean más sostenibles. En esa dirección apuntan los “bioasfaltos”, como el que investiga el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de la Universidad de Nantes (Francia), y que toma como base un tipo de microalgas que, tras un proceso químico, alcanza una textura viscosa similar a la del betún, capaz de repeler el agua. Por su parte, Ted Slaghek, investigador de la holandesa TNO, propone utilizar lignina en las mezclas asfálticas. La lignina es un polímero presente en la corteza de los árboles cuya función es impedir la entrada de agua en el cuerpo de la célula. Añadida al asfalto, reduciría la cantidad de betún y aumentaría la resistencia del firme.
De plástico
Otro potencial componente de los asfaltos del futuro es el plástico reciclado. La idea, plasmada en el proyecto europeo Polymix, es aprovechar parte de la enorme cantidad de plástico sobrante en las mezclas asfálticas, aligerando el uso de hidrocarburos. “Utilizando ciertos polimeros podemos reducir la cantidad de betún utilizado, mejorando además su eficiencia”, explica Daniel Castro, director técnico del Grupo de Investigación de Tecnología de la Construcción de la Universidad de Cantabria y coordinador de Polymix. De momento, los científicos han descubierto que ciertos plásticos procedentes de envases, tapones o perchas son ideales para las mezclas asfálticas, tanto que superan en resistencia al betún convencional. “Pensamos que sería rentable porque reducir el consumo de betún virgen y las inversiones necesarias no deberían ser muy elevadas, pero para que fructifique es necesario trabajar más en la separación y caracterización de los plásticos reciclados y que las administraciones desarrollen una norma que respalde su empleo”,explica Castro.
Visto en revistadgt