La seguridad de los niños, y de todos los ocupantes, depende del conductor. Respete las normas, conduzca de forma tranquila y relajada, sin agresividad ni brusquedades, dejando una adecuada distancia de seguridad, y ajustando la velocidad a las circunstancias del tráfico. Pero, sobre todo, cuide su propio estado.
La fatiga, estar tomando medicamentos incompatibles con la conducción, también el consumo de alcohol o el uso indebido del móvil puede multiplicar el riesgo de sufrir un accidente. En verano, el mayor riesgo se produce en los desplazamientos cortos y cuando circula por carreteras secundarias. En 2017, la distracción apareció como primera causa en los accidentes mortales en un 33%, por delante de la velocidad (29%) y del alcohol (26%).
Ver bien
Nuestra vista cambia a lo largo del tiempo. Así que conviene pasar exámenes graduales. Si necesitamos gafas graduadas, deberemos llevar unas de repuesto. Según la Asociación Visión y Vida, una mala visión a 120 km/h multiplica por 10 el riesgo de accidente. Descanse la vista, no permanezca mucho tiempo conduciendo. Especialmente si lo hace durante la noche. Y para protegerse del sol, use gafas adecuadas que le protejan de los rayos ultravioleta y eviten deslumbramientos. Y, recuerde: ninguno de estos consejos sirve si su parabrisas no está limpio.
Cero WhatsApp
El uso de teléfono móvil y particularmente las aplicaciones de mensajería instantánea, como WhatsApp son muy peligrosos. Un estudio realizado por el departamento de Óptica de la Universidad de Granada, analiza cómo influye el uso de WhatsApp en la conducción en función de la edad. Entre sus principales conclusiones, el estudio asegura que contestar un WhatsApp al volante aumenta el riesgo de sufrir un accidente hasta un 134% en los mayores de 55 años.
Copiloto inteligente
El teléfono móvil aporta seguridad, en especial en momentos de urgencia. Pero su uso al volante genera un elevado riesgo de distracción. Según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la DGT: “Tras un minuto y medio de hablar por el móvil (incluso con manos libres), el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, el ritmo cardíaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar”.
Los fabricantes de telefonía móvil ya tienen, en sus modelos más modernos, un sistema que, con activarlo al arrancar, silencia y gestiona las notificaciones y llamadas entrantes para evitar que distraigan al conductor. Así de sencillo.